Alyse Phillips no es ajena a las pruebas de resistencia física: Phillips fue corredora mientras crecía y ya cuenta con varios maratones en su haber. Pero cuando vio la oportunidad de participar en un triatlón en la Universidad Estatal de Pensilvania, su alma mater, tuvo que decidirse: ¿podría realmente asumir el entrenamiento para una carrera de 113 km, mientras trabajaba a jornada completa como analista financiera senior, cuando Kenvue estaba a punto de salir a bolsa en la Bolsa de Nueva York?
Sí, sí y sí: aquí, Phillips nos cuenta cómo hizo malabarismos para cumplir con su trabajo mientras se preparaba para una agotadora mezcla de natación, ciclismo y carreras, y cómo trabajar en Kenvue le ayudó a hacerlo posible.
Entonces, ¿por qué un triatlón? ¿Qué le atrajo de una prueba física tan intensa?
Competir entró hace años en mi lista de deseos. Siempre había pensado que lo haría en algún momento en el futuro, posiblemente durante la jubilación, cuando tenga más tiempo libre. Pero cuando anunciaron el triatlón en la Universidad Estatal de Pensilvania, mi alma mater, no pude esperar. Había algo que me decía que era el momento de empezar esta aventura.
¿Cómo fue el entrenamiento?
Empecé un plan de 16 semanas de natación, carreras, ciclismo y entrenamiento de fuerza en enero, pero desarrollar mi horario semanal me parecía como jugar al Tetris. Al principio, el entrenamiento solía empezar alrededor de las 4:45 o las 5 de la mañana con una sesión en la piscina, y luego corría durante el almuerzo o por la noche. Muy pronto descubrí que tenía que hacer todo mi acondicionamiento antes de que empezara la jornada laboral completa para conseguir una rutina óptima. No me proponía batir ningún récord del recorrido. Como nunca había hecho eso antes, al final del día mi objetivo era realmente terminar la carrera sintiéndome bien.
Usted es una analista financiero senior en una empresa que esta primavera pasó por el proceso de salida a bolsa. ¿Cómo gestionó las exigencias del trabajo mientras se preparaba para un triatlón?
¡Mucho café y muchos tentempiés! Hablando más en serio, se trata de la mentalidad. Sé que soy mejor persona en general, y mejor empleada, cuando puedo hacer ejercicio por la mañana unas horas antes del trabajo.
Hablando de trabajo, ¿cómo es su día a día?
Actualmente es una mezcla de reuniones con los socios comerciales para revisar los detalles del presupuesto, preparar asientos en el diario para asegurarse de que los costes se reflejan en los presupuestos y cuentas adecuados, y analizar los datos para completar las actualizaciones de las previsiones.
Dependiendo de la semana, también había reuniones individuales con mentores, miembros del equipo y colegas para mantenernos conectados y ver cómo podemos apoyarnos mutuamente en nuestras carreras.
¿Qué les parecía a sus colegas y a su jefe que aceptara este reto?
Durante este período había tantas cosas en marcha (la salida a bolsa, los cierres trimestrales, las previsiones, las actualizaciones, etc.) pero el mensaje, desde la dirección a niveles más bajos, era siempre que tu salud y tu familia son lo más importante, así que tienes que cuidarte, sea como sea. Estoy muy orgullosa de la cultura que tenemos en Kenvue. También me ayudó mucho contar con un jefe estupendo y comprensivo. Y el entorno de trabajo flexible fue esencial. Todos mis colegas fueron siempre increíblemente complacientes si necesitaba reprogramar una reunión o hacer un hueco para hacer algún entrenamiento en un momento dado.
¿Cómo fue en realidad el día del evento?
Aún no he asimilado del todo la experiencia: ¡todavía llevo puesta la pulsera de la carrera! Pero algunos de los aspectos más destacados incluyen ver a tantos amigos y familiares animándome. Me dio la sensación de que toda la comunidad se volcó realmente para apoyar a todos los atletas. Durante la parte en bicicleta atravesé estas hermosas colinas y zonas montañosas. Recorrer el campus pasando por los edificios donde solía asistir a clase me trajo tantos recuerdos entrañables.
¿Qué sintió al cruzar la línea de meta?
Cruzar la línea de meta fue una locura. Ocurrió en la línea de 50 yardas en el campo del Beaver Stadium. Recuerdo que me tumbé justo después porque en ese momento sólo necesitaba dejar de moverme.
¿Qué más hay en su lista de deseos?
Además de competir algún día en un triatlón 140.6 (226 km) completo, me gustaría correr un maratón en cada uno de los 50 estados. Hasta ahora he corrido maratones en unos seis estados, pero me imagino que aún tengo tiempo para hacerlo.
¿Alguna gran conclusión de su experiencia?
Cualquiera puede hacer cualquier cosa que se proponga. No tiene por qué ser correr, nadar o montar en bicicleta. Realmente puede ser cualquier cosa para ponerse en movimiento y cuidarse física y mentalmente. Creo que es una perspectiva importante que hay que tener.