Sobre bocas y hombres
¿Se siente sano? Tal vez quiera dar las gracias a un dentista como Mike Lynch, nuestro director mundial de Cuidado bucal y Compromiso Científico.
La conexión entre nuestra salud bucodental y nuestra salud general está bien documentada. De hecho se considera que la boca es la ventana al resto del cuerpo, ya que es la entrada a nuestros sistemas digestivo y respiratorio. Y tener una buena salud bucodental, mediante el cepillado, el uso de hilo dental y los enjuagues, es una parte importante del mantenimiento de la salud general.
Cuando era estudiante, a Mike siempre le interesaba la ciencia, pero al principio no sabía muy bien qué hacer con ella. Así que, cuando fue a la universidad, se inscribió en un programa de premedicina como estudiante de biología, decidido a convertirse en médico, pero el futuro tenía otros planes. Su ayudante interno, o “AI”, soñaba con ser dentista y al final convenció a Mike para que siguiera también ese camino.
Mike se doctoró en Odontología por la Facultad de Odontología de Rutgers. Mientras estaba allí se interesó por la microbiología y la inmunología orales, e incluso realizó investigaciones clínicas sobre biomarcadores orales (o signos biológicos de enfermedad) en pacientes con VIH/SIDA durante el apogeo de la epidemia de SIDA en los años ochenta.
Gracias a la financiación de los Institutos Nacionales de Salud, Mike continuó sus investigaciones sobre el VIH en la Universidad Estatal de Nueva York en Buffalo, donde finalmente obtuvo su doctorado en biología oral en el área de genética bacteriana y completó su residencia en periodoncia.
Una serie de acontecimientos afortunados
Mientras realizaba entrevistas para puestos en el mundo académico y en la industria, Mike se sentía frustrado por la lentitud del proceso de contratación, por lo que su jefe de departamento le recomendó que aceptara un puesto en la Asociación Dental Americana (ADA), que sería una vía de entrada en la industria.
Durante su etapa en la ADA, la asociación de odontología nacional más grande y antigua del mundo, Mike ocupó el cargo de director de Información Científica, y allí gestionó el desarrollo, revisión y publicación de información científica para los miembros de la asociación, que en la actualidad cuenta con más de 160 000 dentistas.
Efectivamente, en 2002 y menos de tres años después de empezar en la ADA, Mike acabó volviendo a su estado natal de Nueva Jersey tras ser contratado por Pfizer Consumer Healthcare (PCH) como director de Cuidado bucal, Investigación Clínica.
Poco después de la adquisición de PCH a finales de 2006, Mike asumió un papel similar en OraPharma, una empresa farmacéutica especializada. Allí fue responsable de todos los aspectos de los ensayos clínicos y la programación, los asuntos médicos y las actividades de enlace profesional para un medicamento que trata la enfermedad periodontal, así como para diversos productos sanitarios que se utilizan en cirugías dentales. La empresa se vendió a finales de 2010, pero él volvió en 2012 y asumió su puesto anterior.
Hasta 2012, Mike ejerció como periodoncista a tiempo parcial y como dentista en la Reserva del Ejército, que incluyó una misión médica en 2003 en El Salvador para tratar a niños en edad escolar y el despliegue a Iraq en 2004 y 2005.
Durante su tiempo en Kenvue, el trabajo de Mike le ha llevado a conocer gente y lugares de todo el mundo, entre ellos, Japón, Sudáfrica, Arabia Saudí y Bielorrusia, donde ha dado conferencias sobre salud bucodental.
“La diversidad de mis funciones profesionales y los países a los que me han llevado son solo algunos ejemplos de la amplitud de la odontología y de los muchos lugares a los que te puede llevar este campo”, indicó.
Mike recuerda un evento especialmente memorable. Estaba en Johannesburgo, en Sudáfrica, dando una conferencia a una clase de estudiantes de odontología de nivel medio, jóvenes y llenos de energía. Pero mientras hablaba, el grupo de jóvenes se mantuvo en silencio, asimilando cada palabra durante una hora entera.
“Tras la presentación, cada estudiante me dio la mano y las gracias personalmente”, dijo. “No dudo de que es posible que la información de mi presentación les impactara, pero eso palidece en comparación con lo mucho que su atención y aprecio significaron para mí entonces y lo que todavía hoy siguen significando”.
La carrera de Mike ha estado llena de funciones y experiencias únicas y definitorias que, como él mismo dice, le han servido de trampolín para llegar a donde está hoy.
Cerrar el círculo
Mike recuerda que de niño utilizaba Listerine® como parte de su rutina de cuidado bucal. Volviendo al presente, en su puesto actual, dedica gran parte de su tiempo a compartir la ciencia que hay detrás de productos de cuidado bucal como Listerine® con personas y organizaciones esenciales en el ámbito de la salud dental.
Para muchos, el enjuague bucal puede considerarse un producto simple y unidimensional pero, en el último siglo, se han publicado casi 500 artículos científicos sobre Listerine®. Y la investigación continúa con un ensayo clínico recientemente publicado y patrocinado por científicos de Kenvue que demostró que Listerine® reduce la placa entre los dientes 5 veces mejor que la utilización del hilo dental realizado por un higienista dental.
A Mike no se le escapa que una de las señas de identidad de su infancia, cepillarse los dientes antes de acostarse, se convirtió en una parte tan simbólica de su vida y su carrera.
“¿Quién iba a pensar que alguien como yo, un estudiante que hacía todo lo que podía para saltarse el laboratorio de biología, acabaría dedicando su vida a la investigación de la salud bucodental?”, comentó.
Tal vez nunca sepamos cómo habría sido la trayectoria profesional de Mike sin el empujón de su AI, pero hay algo que parece seguro: la odontología siempre ha sido su destino.